La forma en que
se aman. Admiro.
Lo simple. Papi,
me alcanzás los suequitos. Sí, mami, ahí están. Gracias, papi.
Y no es
demasiado. Nunca es demasiado.
Parecen novios.
De esos de los primeros meses, para los que todo está bien.
Pero llevan 16
años juntos. Y se acompañan y se miman y se aman. Todo el tiempo.
Ella mira por la
ventana. Dice que le encanta este momento del día cuando los pajaritos se van
preparando para la noche. Él revisa que estén pasando los antibióticos. Le
acomoda la almohada. Se para. Le va a avisar algo a la enfermera. Se sienta.
Revisa el celular. Habla. Mira por la ventana.
Extrañan a sus
perros. Su paisaje, el cerro que se ve desde la ventana de su cocina.
Desde esta
ventana ven árboles. Y gente tomando mate en una plaza de pasto seco.
Esperando.
Ellos también
esperan. Juntos.
Volver a la pacha, como dicen. A ese amor nuevo que aprendieron en un lugar nuevo con gente nueva. A descubrirse distintos y amarse igual.
Volver a la pacha, como dicen. A ese amor nuevo que aprendieron en un lugar nuevo con gente nueva. A descubrirse distintos y amarse igual.
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