Coni es de
San Martín de los Andes, se preocupa por el medio ambiente, hace tarjetas de
presentación con material reciclable y dice cada tres palabras alguna de éstas:
tipo, digo, digamos, o sea. Julia tiene que ir a entrevistarla para una revista
verde, donde los temas son plantas, huertas, reciclaje, basura, plantas y más
plantas. Julia no es sustentable, no sabe qué son las ecocards ni las B Corporations. Pero para hablar con Coni tuvo
que informarse.
Ya en la
charla, Julia trata de concentrarse pero no puede evitar la distracción cuando
Coni dice palabras en inglés. Lo hace cada dos oraciones, y pronuncia “Saladix”
con acento en la primera “a”: Sáladix. Coni además le explica a Julia que las B
Corp son alternativas a las A Corp, que vendrían a ser las comunes. Las B tiene
responsabilidad social empresaria y son sustentables, o sea, se preocupan por
el medio ambiente. Las A, no.
—¿Y ustedes son…?
—No, todavía no somos nada. Pero
en julio o agosto vamos a empezar a tener ventas.
El
proyecto de empresa sustentable de Coni consiste en hacer tarjetas personales
del tipo: Constanza Hallibur, Contadora. Lo verde, lo innovador, es que las
tarjetas son de cartón. Cartón que va a dos talleres protegidos de San Martín
de los Andes donde los drogadictos en recuperación y los discapacitados los
cortan y sellan. Así, las tarjetas personales tienen, en la parte de atrás, un
pedazo de sobre de té Green Hills o de caja de comida de avión.
—Yo viajo cada tres meses a
Capital y les pido a las azafatas de LAN que me guarden las cajitas porque son
ideales para esto.
Coni está
vestida en composé: todo es celeste o blanco, hasta sus ojos le combinan. Lleva
unas botas de montar y una boina color tiza. Ya vendió tarjetas en Europa,
Brasil y Mendoza. Así lo dice. Julia pone cara de “qué extraña enumeración” y
Coni aclara:
—Tengo tres amigas viviendo en
esos lugares.
Antes de
terminar, Julia le pide el contacto de los chicos que trabajan en los talleres
protegidos.
—¿Y esto cuándo va a salir? –pregunta
Coni.
—Seguro en el número de julio.
—Ah, bueno, entonces te lo paso el
diez de julio.
Julia no sabe si Coni entendió el
pedido demasiado bien o demasiado mal. Por lo pronto, toma su lapicera y su
agenda. Julia no sabe qué va a hacer al día siguiente, pero sí tiene un plan
para el diez de julio: va a esperar que Coni le pase el contacto.
* Este texto responde a una consigna dada en el marco del Máster de Crónica de la revista Orsai.
* Este texto responde a una consigna dada en el marco del Máster de Crónica de la revista Orsai.
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